Artemis Fowl de Eoin Colfer – reseñas de cuarentena – 22

¿Por qué en Chile este personaje no es un hit? Una teoría (mía) es que los primeros tomos de esta saga llegaron en tapa dura y a un precio que ni lo sueñes. Después algún genio de la editorial (o por error, sería mucho más probable) comenzó a importar las versiones más baratas, pero fue como en el tomo tres (tipín “El cubo B”) y ya muchos probables lectores se habían perdido en el camino. Además en esa misma época muchos nos vacunamos con “Airman” del mismo autor -el Eoin Colfer-, una cosa medio histórico fantasiosa con olor a Verne (con chorromil páginas), y nos maravillábamos (suena pomposo, pero iguals) con un libro que requetecuesta encontrar, que se llama “La última oportunidad”, sobre una cabrita algo adolescent/rancia que tiene que volver exprés a la Tierra a redimirse, porque tiene empate de puntaje entre Cielo y Abajo (obra maestra, en serio, pero casi de colección). Y mientras tanto, íbamos leyendo los ocho tomos de este anti héroe que les encanta comparar al Potter, pero no. Artemis Fowl es malo. Y eso es lo entrete.

Artemis II (porque su papá millonario y desaparecido es el número uno) tiene un CI tan grande como su maldad y ambición. Lo cuida y protege Mayordomo (ese es su apellido, ja), que sabe disparar, patear, sacarle brillo a la platería, hacer sopita de pollo y eso. Entonces, este geniecillo del mal se da cuenta de que en el submundo hay muchos seres fantásticos y harto fantástico oro, por lo que se las pone difíciles a estas criaturas (con inteligencia + fuerza, como eso de habla suave y lleva un garrote), entre las que destacan la poli Holly Canija, el centauro geek Potrillo y un enano cleptómano que puede avanzar por el subsuelo comiendo tierra y expulsándola por imaginen donde, y que se llama Mantillo Mandíbulas.

Como Eoin fue profe, de más que por eso conoce a su público (cabros de porquería) y lo mantiene entretenido. Hay mucho jaja y fantasía y personajes graciosos (como la mamá loquita de Artemis, o la que se convierte en su némesis y después no, Minerva, aparte del tecno Jon Spiro y del profe Kronski, líder extincionista). La saga no guatea y, por lo mismo, ¿para qué leer su versión en comic, ah? Y viene película Disney, por lo que hay carrera contra el tiempo para leer y luego ponerse troll. O no.

Artemis Fowl. Montena, España. 288 páginas. ISBN 9789509080003

Habla María de Bernardo Fernández, Bef – reseñas de cuarentena – 21

Este es un sueño (en estos días de pesadilla): una mesa redonda con Gusti, Gallardo y Bef. Los tres son ilustradores mayúsculos, en estilos diferentísimos, y cada uno de ellos ha abordado la condición de su prole con maravillosos libros. El argentino Gusti, con la historia de su hijo Down Malko (en “Malko y papá”), el español Miguel Gallardo con su hija autista en “María y yo” (que tiene un aggiornamento con su “María cumple 20”) y el guatón maravilloso -como uno no más, colega- que nos convoca, el mexicano Bef (alias Bernardo Fernández, o al revés ¿no?). Si ustedes lo ven en una foto, dirán: seguro que éste, onda rockeriento, hasta huele a pucho y tequila (¿ven que son prejuiciosos, ah?), pero no. Habrán de saber que él es del straight edge, una corriente del punk que dice que lo más radical es no meterse nada, porque ahí sí que estás bien despierto para evitar la represión del sistema. Éjale.

En fin. Hay otras novelas gráficas sobre condiciones. Uno puede quedar muy re mal después de embarcarse con “Epiléptico. El ascenso del gran mal” de David B, porque te queda clarito que ninguna familia está preparada para estas situaciones. Y en este caso, es el hijo/dibujante/”sano” el testigo recriminador y con una tremenda cuenta acumulada, brrrrr. También está “Una posibilidad entre mil” de Cristina Durán y Miguel Ángel Giner, en que el foco está puesto en los papis/autores y el nuevo -e inexplorado- mundo en el que deben habitar con y por su nueva hija. Y, precisamente, más en la mitadita, está “Habla María”.

En esta obra gráfica se narra la vida de María, de sus padres -que se separan en el proceso de crecimiento-, de TODO, de todo lo que significa la llegada y la permanencia de una hija autista. Sin poesía innecesaria, bien clarito en su relato, gracias a sus cuotas de humor se aleja de lo adultocéntrico, por lo que viene bien para algún lector adolescente, es la modesta opinión. Uno se hizo de su ejemplar en tierras charrúas, pero los avispados de Catalonia lo editaron por acasito en Chilito, así que no cuesta conseguirlo, ojo.

Y si quieren hablar/leer sobre autismo con más pergenixs, allí están “El cazo de Lorenzo” de Isabelle Carrier y “El día de Manuel” de María José Ferrada y don Pato Mena, que son realmente pensados (empatía, le dicen) para cabrxs chicxs, porque a veces se desata el lado poético/pedagógico/esdrújulo al hablar de estos temas, y mejor que no.

Habla María. Catalonia, Chile. 152 páginas. ISBN 9789563246971

La materia oscura de Philip Pullman – reseñas de cuarentena – 20

Uno encuentra que hay libros buenos, como los hombres que luchan un día y tal -pero no vamos a parafrasear a Brecht, a su vez citado por Silvio Rodríguez antes de soñar con serpientes-, pero hay otros realmente imprescindibles. Porque OMG, pero qué maravilla es esta saga de Philip Pullman (aunque lo que OMG no debiera referirse, precisamente, al G católico, hay que especificarlo). Para prescriptores de colegios confesionales puede ser un problema, ya que los malos de la trama son del Magisterium, que es igualito -o requete parecido- a la curia romana. Y cuando comenzaron a concebir la peli del 2007, su primer director dimitió (por presiones con sotana, cuenta el rumor) y al estrenarse, una Liga Católica le puso dos dedos para abajo. No por ser una mala adaptación -que no lo es, aunque tiene su tremendo blanqueo al final- sino por ese mismo macuqueo -dicen los ateos- que impidió se hicieran las otras dos películas, para completar la trilogía que nos desvela: “La brújula dorada”, “La daga” y “El catalejo calado” (igual ahora hay una serie de la BBC/HBO, que pasa la prueba de la negrura de Pullman. De ahí la horrible nueva portada. Ya van como en la quinta distinta).

Esta historia ocurre en una realidad paralela. Esto significa que el Oxford es bien parecido a nuestro Oxford, pero no. Que los humanos son casi como nosotros, pero en cambio tienen sus almas con plumas o pelos con forma de animales al lado (no hay pescaditos, porque daría pena). Se llaman daimones y le ponen gran parte del color a esta historia, en la que están los del Magisterio, los profes de la U, los giptanos (no gitanos, porque en este mundo paralelo son casi, pero diferentes). La protagonista es Lyra, una cabra entera corajuda y que no se arruga con ningún desafío, y que puro sufre intentando salvar a sus amigos, con la ayuda de un personaje que uno AMA: un oso con armadura bueno para el copete, pero que se convierte en un ex alcohólico exprés gracias a nuestra heroína. Completa el reparto una vieja cuica toda ambiciosa y malvadosa -aunque se ríe con todos sus dientes todo el rato- y un viejo cuico/explorador, que tiene tantos secretos como la cuica esa.

Después de leer esta maravilla, como le fue bien y la editorial ganó platita, comenzaron a publicar TODO lo que escribió Phillip. Hasta una obra para el colegio en que trabajó alguna vez (“El conde Karlstein”, pffff). Y uno que es mateo, se leyó todo lo de su ídolo. El resumen de esta experiencia empobrecedora y enriquecedora es: La materia oscura es lejos lo mejor, después vienen las aventuras de Sally Lockhart -una detective madre soltera victoriana, top- y su adaptación/desoxidación de los cuentos de los vejetes Grimm. El resto es bueno -menos uno del Jesús bueno y el Cristo malvado, en el que se le arrancaron todas las cabras ateas al cerro-, pero no alcanzan a ser imprescindibles (ya entendieron la idea al comienzo, ¿no?).

Para quien lea la trilogía, hay que decirles que tiene un bello spin off encuadernado en tela roja y muy escaso (lo tengo, lero lero), y que al abordar esta saga, ojo con esto: es al revés que con Star Wars, porque guatea en “La daga” (mientras “El imperio contrataca” es la mejor, ¿cierto, no?), pero ni tanto tampoco. Y como Philip no ha muerto, no hay hijos frescolines que anden descubriendo/escribiendo derivados de su Tierra Media ni de Duna. En cambio, ya hay dos libros de una trilogía que es la precuela de La materia oscura. ¡Y son igual de buenos! (en este caso, acordes a mi centro de valor, ¿ok?) Ya se pilla “La bella salvaje” y hay que esperar que ahora llegue en físico “La comunidad secreta”. Durante años el autor amenazó con que esta nueva aventura se iba a llamar “El libro del polvo”. Y esto es por algo que todos andan buscando durante la saga.

Y ahora no va a faltar el chistosito…

La brújula dorada. Roca, España. 400 páginas. ISBN 9788417092566